Buscando el cadáver de Santucho, se reveló la planta del campo clandestino de concentración en el exacto centro de Campo de Mayo, por donde pasaron dos mil prisioneros, de los cuales sobrevivieron apenas ciento cincuenta.
Por Adrián Pérez
Juan Manuel Yalj, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 2 de San Martín, explicó a Página/12 que “teníamos pendiente la reconstrucción de lo sucedido en El Campito. Aprovechando la búsqueda de los restos de Mario Roberto Santucho, le pedimos al Equipo Argentino de Antropología Forense que colaborara con nosotros y comenzaron a trabajar hace 15 días”. Si bien las excavaciones para dar con los restos del líder del ERP arrojaron un resultado negativo, el EAAF pudo identificar la semana pasada los cimientos del centro clandestino de detención El Campito, que funcionó en Campo de Mayo durante el terrorismo de Estado en Argentina. Allí se encontraron tuberías, pozos ciegos y cámaras sépticas enterrados a más de 30 centímetros. El espacio se encuentra en el centro geográfico del predio militar. “¡Gritá que te van escuchar!, es la sensación que te queda al visitar el lugar”, graficó el juez. En 15 días se organizará una visita al sitio donde se mostrará la tarea del EAAF, que trabajó en la zona hasta este lunes. “Es gente digna de reconocimiento”, calificó el juez.
Los testimonios de detenidos que por allí pasaron, la información que otros testigos aportaron para describir el lugar y las fotografías aéreas que figuraban en los relevamientos que el Ejército había hecho antes de la construcción de El Campito y después de su destrucción permitió armar un collage sobre cómo había funcionado la estructura del centro clandestino. Nunca antes se había realizado un relevamiento del terreno. La búsqueda del cuerpo de Santucho se reavivó, tiempo atrás, cuando una testigo se acercó a la familia y dijo que tenía información sobre el destino de sus restos. “En el último juicio de Campo de Mayo, hace dos meses, Griselda Fernández comentó que cuando se destruyó el centro clandestino tiraron abajo una pileta y enterraron a Santucho debajo de los escombros”, afirmó Yalj. En el predio funcionaron tres piletas de natación.
Entonces, Rina Santucho se presentó junto a Pablo Llonto, su abogado, para pedir que buscaran sus restos. En 2007, la presidenta Cristina Kirchner instruyó a la ministra de Defensa Nilda Garré para que ordenara al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas que colaborara con la búsqueda de los cuerpos de Santucho y su compañero Benito Urteaga. La investigación comenzó hace un mes y hace 15 días comenzaron las excavaciones que dieron resultado positivo en cuanto a la identificación de la estructura de El Campito. Hasta el momento no se encontró ninguna otra evidencia que indique la presencia de restos óseos. “El EAAF estima que, como sucedió en muchas otras destrucciones de centros clandestinos, se pasó un tamiz para borrar las huellas”, confió el juez.
Yalj describió una serie de hipótesis sobre el destino de los restos de Santucho: “Se sabe que lo llevaron a Campo de Mayo y existe un testimonio indirecto que dice que llegó vivo. Otros testimonios apuntan a que su cuerpo había sido embalsamado y expuesto en el ‘museo de la subversión’, que funcionó en Campo de Mayo entre 1978 y 1980”. Allí llevaban de visita a chicos de colegios de Bella Vista y General Sarmiento. “Era una cosa que se hacía a la luz del día, pero no hay ninguna persona que asegure que pudo ver el cadáver de Santucho”, afirmó el juez. Según estimó Yalj, de las dos mil personas que pasaron por El Campito, 150 sobrevivieron, contando aquellos detenidos que estuvieron de paso por el centro clandestino
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